Horten IX / Ho 229
Revell,
escala 1/72
por
Raúl Corral
"Una maqueta sencilla, barata, de gran calidad y bonita...
¿se puede pedir más?"
Cuando uno ve el diseño de la caja es imposible creer que
durante la Segunda Guerra Mundial un avión tan radical y
futurista pudiera haber volado... ¡ya incluso parece
extraordinario que alguien hubiera podido pensar en su
diseño! Pero el caso es que este avión existió, llegó a
volar y de no haber sido capturada la fábrica por las
tropas americanas, en Göttingen en 1945, hubiera podido
entrar en combate con el nombre de
Ho 229 o Go
229...
Una vez más
Revell
me hechizó con su dibujo de portada. Había leído además muy
buenas críticas de esta "vieja" maqueta (los moldes tienen
ya unos 12 años) así que cuando ví el precio de 9 euros (14
dólares) no me lo pensé dos veces y decidí llevármela.
Al abrir la caja me encontré lo que siempre es de esperar
cuando compro modelos de
Revell:
gran calidad general en todos los detalles, piezas de
acabado muy bueno, calcas muy originales e instrucciones
claras.
Las calcas permiten representar dos
Ho 229
con esquemas de camuflage ficticios, ya que este avión
nunca vio combate. Esto resulta aún más estimulante para
los modelistas ya que todo depende de nuestra imaginación a
la hora de pintar el modelo... podemos ponerle
absolutamente lo que queramos.
Bueno, vistas ya las piezas y leídas las instrucciones nos
ponemos
¡manos a la obra!
Construcción
Cómo
ya se puede apreciar en la foto anterior, el despiece de
esta maqueta está muy bien pensado y salvo el tren de
aterrizaje, todo lo demás se construye muy rápidamente y
sin mayores problemas.
Una de las primeras cosas que me deicidí a detallar fue la
parte trasera de la cabina o cockpit. Generalmente debería
haber algún detalle añadido, como portezuelas, cableados,
remaches, paneles... algo. Pero en el caso de Revell viene
completamente lisa. Usando distintas piezas de planchas de
fotograbado que tenía a mano le añadí algún que otro
detalle improvisado, simplemente para dar algo de vida a
esta zona, que iba a quedar descubierta y a la vista si
dejaba la cabina abierta.
También quise dar un toque de realismo al conjunto
separando los alerones y dejándolos en posición de reposo,
para así romper la monotonía de una enorme superficie alar
plana. Para ello no me rompí mucho la cabeza: corté con un
cutter estas piezas y lijé todas las imperfecciones.
Es hora de ponerse con la cabina: en general bien detallada
(teniendo en cuenta la tan pequeña escala) tan sólo añadí
una diminuta palanca lateral (con alambre) y el visor de
puntería.
Si ya habéis seguido esta web sabréis ya cómo hago
normalmente para este paso (por ejemplo tal y cómo
pinté la cabina del Fw 190 A-7).
Básicamente pinto todas las piezas en RLM 66 o en Tire
Black de Gunze Sangyo. Tras un día de secado hago un
lavado suave con disolvente de Revell (es algo agresivo
con los acrílicos así que no abuséis de él) y el color
negro de Humbrol, marcando pequeñas zonas de la cabina.
Tras unas horas de secado (¡aseguraros que todo esté
bien seco!) resalto todas las aristas y salientes con
pincel seco (usando un gris muy claro de Humbrol,
parecido al RLM 76). Cuando todo está preparado me pongo
a pintar con ayuda de una aguja de coser pequeños
detalles tales como palancas, botones, cinturones del
asiento, reposacabezas... Los cinturones del asiento los
saqué de una plancha de fotograbado de un Fw 190 que
tenía por ahí a mano. Para el panel de mandos usé la
calca que viene en la caja (demasiado resaltada en
colores amarillos pero una vez repasada al pincel seco
no se notan tanto), por cierto, la mira de tiro la hice
con un trocito de plástico.
Ya sólo quedan pintar algunas pequeñas cosas como los
reactores (de los que sólo se ven las turbinas) y podremos
empezar a montar todo el conjunto.
En general el encaje es muy bueno, tan sólo tengo que
rellenar una separación mínima entre fuselaje y alas. Nada
importante. Para esta labor uso como de costumbre pintura
de Humbrol (enamel) que al dejar un rato sobre una base,
queda espesa y gruesa, casi como una masa, y se aplica con
el pincel por las zonas que queramos con mucha facilidad.
No uso masilla porque no la tengo y porque me acostumbré a
usar pinturas enamel para esta labor.
Una
zona que decidí rellenar de forma improvisada fue la parte
interior, en el centro del fuselaje, que sirve de
alojamiento a la rueda frontal del tren de aterrizaje. En
la maqueta de Revell esta zona viene completamente vacía
así que si ponemos el avión boca abajo resaltará la
desnudez de este gran hueco. Como el ala volante de los
hermanos Horten estaba básicamente rellena de cables,
busqué en mi caja de herramientas y utilicé diversas piezas
de planchas de fotograbados variadas, más trozos de hilo de
metal dorado que me venían en una botella de vino tinto a
modo de decoración:-)
El objetivo es crear una ilusión de detallado y dar
realismo a todo el conjunto.
Ya tenemos el pájaro listo para la fase pintura.
Pintura
Como siempre, sin sorpresas, empiezo marcando con el
aerógrafo las líneas de panelado. Uso color negro de
Tamiya, acrílico.
Luego aplico el siguiente tono, el RLM 76,
de Life Color (acrílico), el mismo que usé extensivamente
al pintar el
Me 109 G-6/AS
y que tan buenos resultados me dio. Como de costumbre voy
dando ligeras pasadas que dejen entrever las líneas de
paneles. La zona del fuselaje, bueno mejor dicho, la zona
central del avión, la pinté con una mezcla del RLM 76 y
algo de RLM 02 para conseguir un tono verdoso, muy típico
de los cazas alemanes de los últimos meses de la guerra. No
me salió bien y al final no se aprecian apenas las
diferencias en el tono (¡más RLM 02 la próxima vez!)
Para
la parte superior del Ho 229 o Horten IX me decidí por un
tono uniforme y verdoso. La razón es muy sencilla: si este
avión hubiera entrado en combate lo hubiera hecho en unas
condiciones totalmente caóticas. La mayoría de cazas iban
en colores simples, con tan sólo bandas de identificación
propias de la unidad, y alguna que otra alteración hecha en
el mismo destino. Muchos cazas
Me 262
iban nada más que en un tono verde oscuro (como un RLM 83)
y los últimos reactores en ser producidos (los cazas
Heinkel He 162) llevaban tonos verdes, sin ninguna
ornamentación en la pintura.
Además me pareció que el Ho 229 debería haber tenido un
aspecto tan aterrador para los primeros pilotos aliados con
los que hubiera entrado en combate, que ponerle un color
oscuro (pensé incluso en negro RLM 22) le hubiera dado aún
más un toque siniestro... si bien en color negro se le
podría haber confundido hoy en día con el avión de
Batman:-)
En fin, al final opté por un verde oscuro (RLM 83) similar
al de los Me 262 de la unidad de caza JV 44. Para conseguir
este tono usé el RLM 71 de Gunze Sangyo más algo de negro
RLM 22 de Aircraft Colors (no tenía ya más color RLM 83 así
que tuve que improvisar de alguna manera y el resultado fue
positivo).
Para aplicar este tono hice lo de costumbre (sí, lo sé,
algún día tendré que probar algo nuevo:-) que es pasar un
tono más o menos oscuro como base y luego ir subiendo en
aclarados (el mismo tono anterior más algo de blanco). En
la siguiente foto se ve cómo en la parte derecha (según se
mira) he empezado a aclarar algunas zonas, rompiendo así la
monotonía de un tono uniforme por toda la superficie.
Las
partes transparentes de la cabina las pinté a mano, con un
pincel muy fino y mucho pulso, usando claro un color de
Humbrol (un verde oscuro). Las pinturas Enamel son
fantástcias para esta labor, al ser espesas y no muy
líquidas como las acrílicas.
La toberas de los reactores dejarían su rastro sobre las
partes del avión cercanas a sus salidas así que parece
lógico pensar (como ya muchos otros modelistas han hecho
antes) que bien podrían haber sido cubiertas con pintura o
partes metálicas que las protegieran. Por esta razón pinté
estas zonas en un tono metálico (acrílico) que fue el Titan
o Titanium Silver X-32 de Tamiya, muy recomendable y que
usaré pronto en un P-47 de Academy que está aquí al lado
mío esperando su turno:-)
Así estaba todo al final de la primera parte.
Mirando fotos del original, las que muestran a este avión
en sus vuelos de pruebas, se puede apreciar cómo la zona
delantera de las turbinas iba en un color claro,
resaltándolas. Me gustó esta idea para mi modelo así que
usando de nuevo el Titanium Silver de Tamiya pinté con
pincel estas zonas añadiendo alegría al morro de esta ala
volante. También aproveché este momento (antes de aplicar
barniz brillante y poner las calcas) para marcar alguna que
otra diminuta línea del panelado con un lapicero normal.
Acto seguido pego los alerones o flaps de las alas y doy
una mano a todo el conjunto con barniz brillante de Tamiya
en preparación de las calcas.
Usé todas las que venían en la caja más alguna que otra de
mi caja de piezas sobrantes. Como no quería que los
numerales destacaran mucho sobre la base oscura, usé
simplemente dos insignias de comandante de unidad que tenía
de un Fw 190 D-9 antiguo, en 1/72. Las bandas de
identificación de la JG 301 (me atrajeron por su llamativo
color) provienen de distintas calcas para cazas en 1/32 que
tenía a mi disposición, solamente las recorté y las pegué
en su sitio. Micro Set y Micro Sol fueron como siempre una
ayuda importante.
Tras unas horas de secado doy una segunda mano de barniz
brillante de Tamiya y marco las líneas de los paneles con
un tono que saqué de mezclar marrón y negro de Humbrol. Muy
diluído lo paso suavemente con un pincel muy fino por todas
las líneas o detalles que deseo dejar algo sucios.
Cualquier exceso lo elimino tras unos minutos de secado
parcial, con un bastoncillo mojado en algo de disolvente.
Un ejemplo de ensuciado y posterior acabado se ve en las
fotos de abajo. En la izquierda se aprecian las pasadas
dadas para "enguarrar" y en la foto de la derecha se ve ya
todo corregido con ayua de bastoncillos. Como podéis ver
además, he pintado en Titanium SIlver de Tamiya las
planchas de acceso a los cañones de 30mm. Los pozos del
tren de aterrizaje van en RLM 02. La zona interior de la
"panza", en tonos grises.
Mientras todo seca voy acabando el resto de las piezas del
tren de aterrizaje. El único detalle externo viene del hilo
de la botella de vino, que uso para imitar el cableado de
frenos.
Las piezas las pinto en RLM 02 de Gunze. Los cables en
negro de Humbrol. Los neumáticos en el mismo negro mate y
la parte interior en un color gris panzer, de Humbrol
también.
Ya se está acercando el momento final de barnizado en mate.
Antes de esto doy aquí y alli unas pasadas con "pincel
seco" en un color de Humbrol similar al RLM 76, para ir
destacando algún que otro detalle. Hago desconchados (sin
pasarme mucho) con pintura metálica de Humbrol y añado
algún arañazo o desperfecto usando un lapicero normal.
Coloco antenas, cañones y finalmante aplico con el
aerógrafo una mano rápida de barniz mate de Humbrol.
Para el final dejo el tren de aterrizaje. Todo encaja de
maravilla. Ningún problema a mencionar. Broche de oro para
esta bonita y fácil construcción.
De haber entrado en combate, aparte de deficiencias
técnicas por la improvisación de su diseño y las aceleradas
pruebas de vuelo, no cabe duda de que el Horten Ho 229
hubiera sido impactante para los pilotos aliados que se
hubiesen cruzado con él... y aún resulta impactante hoy en
día ¡más de sesenta años después de su construcción!
Conclusión:
otra pequeña joya de Revell. Barata, rápida de construir,
buen nivel de detalle general, calcas muy originales...
como plataforma para superdetallado o como modelo de "fin
de semana" es una maqueta ideal, Cada céntimo y minutos
invertidos en este modelo han sido un acierto. ¡No esperéis
más y haceros con uno!
Fotos y textos son copyright © 2011 de Raúl
Corral
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